miércoles, 10 de septiembre de 2014

Cosas que odio de Londres I: el tráfico

¡Hola a tod@s!

La entrada de hoy no está muy relacionada con el tema au pair, pero es que es algo que me fastidia profundamente y necesito contarlo. 

El tema de hoy es EL TRÁFICO.

Y cuando digo tráfico no me refiero sólo a los coches, si no en general, tanto para peatones como conductores. Y es que aquí no es como en España (¿en serio?). En nuestro país la prioridad la tiene el peatón, o al menos esa es la teoría, que ya sabemos que gente que no respeta las normas hay en todas partes. Pero aún habiendo gente que se pase la teoría por el forro, todo está pensado para que los peatones puedan caminar tranquilos. Hay badenes, semáforos, pasos de cebra, límites de velocidad...En fin cosas que aquí parecen inexistentes o en realidad lo son. Vamos a analizarlo:

-Badenes: en dos semanas y tres días que llevo aquí no he visto ni un solo badén.

-Semáforos: ...(cojo aire). Este es un tema complejo. Aquí, obviamente, existen los semáforos (traffic lights) pero sólo en las calles principales. Pero para empezar, todos son de botón, de los que tienes que pulsar el botón para que se ponga en verde. Bueno, pues el tema es que voy tan tranquila caminando por la calle hasta que llego al semáforo. Lo puslso. Espero...espero...espero...espero...Zzzz. Es increíble la cantidad de tiempo que hay que esperar en los semáforos, ahh y eso no es lo peor. Cuando ¡por fin! se pone en verde, tienes que darte prisa, pero mucha prisa. Los semáforos en verde duran un microsegundo y luego se apagan. Sí, sí. Se A-P-A-G-A-N. Totalmente, ni verde ni rojo...¡nada! Se supone que puedes seguir cruzando hasta que se ponga en rojo, pero vamos que a mi eso no me transmite ninguna confianza. No me fío un pelo. Así que podéis imaginaros como debe ser eso para una persona mayor, con problemas de movilidad o para los niños. Y la tercera cosa interesante de los semáforos es que no suenan. No, nada. Así que hay que estar muy atentos porque como te pongas a hablar con alguien y no mires se te vuelve a poner en rojo y ya nunca jamás cruzarás. 

-Pasos de cebra: qué deciros de ellos...básicamente, que apenas existen. Lo más parecido son unos cuadraditos a cada lado, como si fuese un juego de unir los puntos o algo. Y por supuesto en las calles principales o con semáforos.  

-Límites de velocidad: están ahí pero yo he visto a coches ir por zonas peatonales a 1000 por hora. 

Los primero días cuando veía que la gente cruzaba sin hacer caso a los pasos de cebra pensaba, que kamikazes son aquí. Ahora lo entiendo. A veces no te queda otra. En las calles donde no hay nada que te permita cruzar tienes que mirar, esperar a que no pasen coches o que aparezca milagrosamente un conductor majete que te deje pasar y cruzar. Y por supuesto, no se te ocurra hacer como en España: pongo un pie en la carretera antes de que llegue el coche y tiene que parar. Aquí te atropellan, estoy convencida.  

Conclusión: los conductores (drivers) tienen la preferencia antes que los peatones (pedestrian). Que por cierto, telita con la palabra...los españoles flipamos bastante al principio. 

Así que os podéis imaginar cómo es ir por Londres con los enanos sin pasos de cebra, con semáforos que se apagan en un suspiro...bueno, vale, no es tan malo como parece pero vamos, que me quedo con el tráfico en España. 


ESPAÑA: 1
LONDRES: 0



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