Por fin es viernes, ya ha terminado la semana de trabajo para mí y lo único que puedo deciros es que estoy cansada pero contenta. Adaptarte a las costumbres de un país, los horarios, las comidas, conocer a la familia y estar todo el día hablando y pensando en inglés es agotador. Pero la parte buena es que voy notando mejoría. Esto no quiere decir que en menos de una semana haya aprendido a hablar inglés, ni mucho menos, pero sí que noto que hay cosas que me salen solas.
En estos días he tenido tiempo para estar con la familia y conocerles mejor. Os aseguro que son encantadores. Puedo hablar con ellos sin problemas de todo tipo de cosas (hasta donde alcanza mi conocimiento de inglés) y por ahora me están poniendo muchas facilidades para todo, os cuento:
- Me han dado una Oyster card con 30 libras de saldo.
- Me han traído los papeles para abrir una cuenta en el banco.
- Me han presentado a otra au pair española que está en casa de unos amigos suyos.
- Me han dicho que puedo traer una amiga a dormir conmigo si quiero (y fueron ellos los que sacaron el tema)
Bueno y aparte siempre me preguntan si quiero cenar con ellos, me han prestado libros sobre sitios para ver en Londres, me han sacado mapas del barrio para que sepa orientarme...Vamos que espero que esto siga así porque normalmente cuando las cosas son tan perfectas se tuercen (ojalá que no sea mi caso).